Desde hace
algún tiempo la Corona española ha sido protagonista de numerosos escándalos. Y,
precisamente por estos sucesos, la monarquía dirigida por el rey de España,
Juan Carlos I, no saldrá impune de este juicio en el que, en estos momentos, dicha
forma de Estado se ve sometida por el mayor tribunal que existe: el pueblo
español.
El hecho más
reciente en el que el monarca se ha visto involucrado fue aquel viaje que hizo
donde, y pese a que su salud dejaba mucho que desear, viajó a la lejana
Botswana para practicar la caza de elefantes. Por otra parte, el yerno del rey,
Iñaki Urdangarín, y la infanta Cristina de Borbón, encabezan el Caso
Nóos. Para este gran suceso de corrupción, la justicia aún no ha determinado el
fallo final.
Estos últimos
años se han caracterizado por ser una época de crisis. En algunas culturas la
crisis se considera una oportunidad para mejorar, para cambiar. Sin embargo, en
España el rey no sólo no ha sido partícipe de la sociedad víctima de una
transformación en todos sus aspectos, sino que se ha mantenido al margen de
todo, mientras disfrutaba de sus privilegios. Su majestad debe ser un modelo a
seguir y, a pesar de que en ningún momento fue elegido democráticamente, la
Constitución recoge en su artículo 1 que “España se constituye en un Estado
social y democrático de Derecho”. Juan Carlos I comenzaba su reinado vulnerando
el artículo más básico de la Constitución.
Ahora toca dar
la palabra al pueblo y que sea éste quien decida si la monarquía es el sistema
que hará de este país un lugar mejor o será otro sistema el que deba sustituirlo.
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