Hugo
Chávez deja mucho de qué hablar y ahora depende de los ciudadanos si se continúa con el modelo político que implantó este dirigente o no
La muerte del
líder venezolano, Hugo Chávez, ya es historia. Ahora hay que enfrentarse al
gran problema de cómo debemos referirnos cuando hablamos sobre él. Para unos
fue un dictador; para otros, un ejemplar presidente. Pero, lo que sí es cierto
es que su fallecimiento ha provocado a
nivel internacional un enorme revuelo con respecto a la calificación que se merece.
Según el
Universal -uno de los periódicos más relevantes de Venezuela- y a pesar de que admite
que existen adversarios en cuanto a la forma en la que gobernó Hugo Chávez, mantiene
una posición firme y pronostica una larga vida al chavismo.
Pero, por otra
parte, debemos tener presentes que, como se recoge en uno de los artículos que
publicó Human Rights Watch el 5 de
marzo de 2013, el Gobierno que presidió Hugo Chávez fue sobre todo
característico por su concentración de poder y una abierta confrontación con las
garantías de los derechos humanos.
Como vemos, es
arriesgado calificar a Hugo Chávez. Quizá es el momento de plantearnos la nueva
creación de términos para poder denominar a dirigentes como éste, que practican
una política totalitaria encubierta en una supuesta democracia.
La vulneración
de los derechos humanos no puede ser una práctica justificada bajo ningún
concepto y el gran problema es que Venezuela –siguiendo los argumentos de su
vecino régimen castrista- consideró que estaba siendo espiado y atacado por el
gigante Estados Unidos. Pero no sólo eso, sino que además a los estadounidenses se les ha acusado de la
propia muerte de Hugo Chávez. Aún queda un largo recorrido para intentar
modificar las cosas que innegablemente fueron mal hechas. En las manos de Nicolás Maduro -como representante máximo de los ciudadanos venezolanos- queda que se produzca un cambio y se comiencen a respetar las directivas internacionales.
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